CRÓNICA DEL AÑO CERO
por Jacques-Alain Miller
París, 19 de junio de
2017
LA PRENSA: Hace días que
no leo nada de la prensa; el tiempo que yo habría consagrado a ese placer se
fue en la preocupación por el Campo Freudiano. Abogando por una suerte de
psicoanalista ciudadano, yo mismo no sirvo de ejemplo. El domingo pude picotear
aquí y allá.
THERESA MAY sufrió un
revés en las últimas elecciones. A este respecto, Fintan O’Toole, cronista de
TheIrish Times, toma el pelo a los ingleses (los ingleses estrictamente
hablando, no los británicos) en el New York Timesdel fin de semana: “Are the
English fittogovernethemselves?”.Estigmatiza el nacionalismo inglés como
“incoherent, inarticulate and immature”. Esta corriente estaba allí desde
siempre, dice, pero subterránea, al estar disimulada por dos poderosos
edificios, el Imperio británico y el Reino Unido. Ahora que el Imperio no está
y que Escocia y el Ulster amenazan con largarse, “English nationalism has
flooded to the surface with great destructive forcé”. En el parlamento, el
gobierno de Teresa May dependerá de los votos del Democratic Unionist Party,
que es “like a ghost from Britain’s past: tribally sectarian, animated by
flag-waving chauvinism and militantly Protestant (which, according to its
theology, mean sopposing same-sex marriage and abortion and favoring the teaching
of creationism in schools”.
En Le Figaro magazine,
Alexandre Devecchio interpreta el deseo de MICHEL ONFRAY: “Durante las últimas
legislativas, las categorías populares, huérfanas, se refugiaron en la
abstención. Como en el año 494 a.C., durante la Secesión de los plebeyos,
cuando los ciudadanos pobres de Roma dejaron la ciudad y se retiraron a la
colina del Aventino. Luego de eso, fueron creados los tribunos de la plebe,
encargados de defender al pueblo. En la Francia de los vencedores, no hay político
que represente a los humildes, que comparta las cóleras y que cure las heridas
de la Francia silenciosa. Onfray querría ser el altavoz de esa Francia”.
La analogía histórica me
parece oportuna. Sólo subrayo que Le Figaro quizá tenía menos simpatía por ese
tribunado cuando era ejercido por un Partido Comunista capaz de constituir
contra sociedad. El hedonista de Caen también creó su contra sociedad en su
provincia, pero sólo es estrambótica. Dicho esto, el tribunado es un órgano en
pleno ejercicio del poder que él contextúa. Esto es lo picante de la respuesta
que me daba Lacan en “Televisión”: “cargar con la miseria, como usted dice, es
entrar en el discurso que la condiciona, aunque más no sea a título de
protesta” (Otros escritos, p. 543).
En la misma revista,
ÉRIC ZEMMOUR subraya que el debate público fue sesgado por los medios: “Los
temas que interesan a la Francia periférica fueron cuidadosamente ignorados,
ocultados, desdeñados [el ritmo ternario es bien visto, sin duda, entre los
editorialistas]. No se habló de inmigración, de islam, de laicidad. Sobre todo,
no se habló de identidad de Francia. Menos aún de las olas de migrantes que en
este momento rompen contra las costas italianas”. Esto es justo, a condición de
destacar también que los medios hicieron la vista gorda sobre la filiación del
Front national, de tal modo que contribuyeron poderosamente a su
desdemonización. El tema antifascista sólo reapareció al final de la campaña.
“El bloque burgués
favorable a la mundialización, a la ‘apertura’ y a Europa que eligió a Macron,
recuperó el dominio total del debate ideológico y político”. En suma, Zemmour
es, como Onfray, candidato a ser tribuno de la plebe.
In fineretoma la tesis
que ya había presentado la semana pasada: “Otra vez más, el momento Macron nos
devuelve al de 1830, cuando el sufragio universal era rechazado por burgueses
que desconfiaban de las ‘clases peligrosas’. Enriquézcanse, les aconsejaba
Guizot”. Sí, Zemmourpiensa en el libro –notable, debo decir– de Pierre
Rosanvallonsobre El momento Guizot. Macron ya lanzó su “Enriquézcanse”. Fue el
7 de enero pasado en Les Échos, y de inmediato la frase dio que hablar: “Hacen
falta jóvenes franceses que tengan ganas de convertirse en multimillonarios”.
¿Macron? Este hombre
tiene algo de Louis-Philippe. Consideran vacío su discurso: de hecho, es color
Término-Medio. Lógicamente, hay que preguntarse: ¿para cuándo la masacre de la
calle Transnonain? Mutatis mutandis, podría ser en ocasión de la reforma del
Código laboral, pero es un poco pronto. Hubo que esperar cuatro años después de
1830 para que el poder estuviera en condiciones de reprimir y derrumbar de una
buena vez los movimientos populares. ¿Y quién será el Daumier del “momento
Macron”?
Confiando en
conversaciones que tuve con Foucault cuando lo acompañaba a husmear en los
archivos del Fonds Charcot en el hospital de la Pitié-Salpêtrière, puedo decir
que él, que tan bien reconstituyó la instalación de las “disciplinas” bajo
Louis-Philippe, conservaba también mucha admiración por la amplitud y lucidez
del trabajo administrativo consumado por la Monarquía de Julio, que completaba
lo que había iniciado Bonaparte Primer Cónsul.
La ambición no mediocre
del joven presidente es, sin duda, ésa: colocar las bases políticas,
institucionales y administrativas de la Francia del siglo XXI. Es cierto que
“el querido y viejo país” no podría satisfacerse con una inyección de Botox.
Necesita recuperar la salud para adquirir un lugar honorable en la
mundialización. Ésta, como el complot para proporcionarle elites extraterritoriales,
es la consecuencia del discurso universalizante de la ciencia. Los nostálgicos
del “mundo que perdimos” (Peter Laslett) no tienen salida, salvo que cifren sus
esperanzas en el Katechon cuyo nombre y noción Carl Schmitt tomó de san Pablo,
“el elemento retardador”, el freno, que obstaculiza el advenimiento del
Anticristo.
Como buen stendhaliano,
comparto los sentimientos que en setiembre de 2016 Emmanuel Macron refería en
el seminario Challenges: “Tengo mucha admiración por el Código Civil que ha
sido realizado por un atelaje de monárquicos, de revolucionarios moderados y de
bonapartistas”. Pero también comparto los sentimientos de Stendhal para con la
Monarquía de Julio (véase Lucien Leuwen).
Elisabeth Lévy me había
asesinado [assassiné]o vilipendiado[assaisonné]al final de su editorial del mes
pasado. Tuvo la malicia de desplegar este mes la alfombra roja de su revista
mensual, Causeur, ante los pasos de JEAN-CLAUDE MILNER, saludado como el
poseedor de un “pensamiento complejo”; la cabeza y la mano de éste, en una pose
a la vez dubitativa y altiva, son fotografiadas a página completa, mientras que
la entrevista propiamente dicha ocupa cinco. Conclusión del intercambio:
“Causeur: Concluyamos
esta entrevista mediante una pregunta algo maliciosa. Nos sorprendió verlo en
esos cenáculos antifascistas que llamaban a votar a Macron cuanto todo el mundo
sabía que él iba a ganar…
Milner: Quise reaccionar
a lo que noté como una deriva grave de parte de Marine Le Pen acerca de la
relación entre derechos del hombre y derechos del ciudadano. Soy un miembro de
la pequeña burguesía intelectual que habla a miembros de la burguesía
intelectual. Me pareció importante porque esta clase social tuvo un papel
político decisivo en la historia política de Francia: en especial, aportó el
anticolonialismo, con Sartre o Fanon. Y me impacta la afonía que afecta
progresivamente a la pequeña burguesía intelectual desde 1981. Laelección de
Mitterrand la dejó prácticamente afásica, porque estaba en el poder. Consideré
que no había que dejar pasar esta ocasión. Por lo demás, todo lo que usted dice
es cierto: cuando la gente no habló durante mucho tiempo, ¡su primera palabra
es muy ronca!”.
G. Lenôtre había sido
celebrado en vida como “el papa de la anécdota”. El momento Macron ya tiene su
papisa: es la seductora periodista rubia llamada Anne Fulda, de Le Figaro,
quien –como es de público conocimiento– había consolado a Nicolas Sarkozy
durante una de las escapadas de Cécilia. Su Emmanuel Macron, un jeunehomme si
parfait [Emmanuel Macron, un joven tan perfecto] (Plon) es lo mejor del género,
al igual que su retrato del presidente, siempre en Le Figaro magazine. Escojo
dos pasajes. El gran rabino de Francia, Haïm Korsia, acerca de Macron:
“Tieneesa juventud, ese ardor, esa confianza que tenía Bonaparte cuando llegó
luego del Antiguo Régimen y la Revolución”. Macron acerca de su abuela: “Me amó
de manera incondicional. Tuve una suerte inaudita, eso da una inmensa confianza
en uno mismo, una libertad increíble, pero de igual modo obliga. Siempre llevo
eso incrustado en el cuerpo. Esa idea de que la libertad que yo me concedía por
medio de mi acción, me obligaba (carraspea) a actual bien”.
Paro con Le Figaro
magazine, que en la actualidad me parece el mejor de los semanarios. Está hecho
con economía, con un equipo de cronistas, pero son brillantes.
Ahora que está in
articulo mortis, Marianne mejora. JACQUES JULLIARD lanza una merecida
reprensión a la izquierda, como hombre de izquierda. Nada que ver con las
diatribas llenas de odio de Onfray, quien es un anarquista de derecha que se
cree de izquierda. Julliard escribe: “La derrota de la izquierda no es una
derrota política, es una derrota intelectual. […]Hace medio siglo que dejó de
pensar”. Él habla de “coma cerebral”. Dice que ella sustituyó la “crítica
social”, que supo practicar en el siglo XIX, por “un inmovilismo de ricachón,
un moralismo de dama de caridad, y una desenvoltura de burgués bohemio
gozador”.La invita a correr riesgos, ya que “pensar es correr riesgos”.
Traducción:
Gerardo Arenas
AMAZON compra Whole
Foods y distribuirá desde ahora libros y comida, nos dice Le Monde Eco. La
conquista del mundo por Jeff Bezos está destinada a arruinar el comercio de
proximidad tal como aún lo conocemos. Es que ahora vivimos en un espacio que no
es más métrico sino topológico. ¡Ah ! que nos devuelvan el maravilloso Jardin
d’Andrew Marvell ! Y nuestros Holzwege! Los «caminos que no llevan a ninguna
parte", traduce François Fédier. Sí, pero, justamente, llevan a alguna
parte, esos caminos: derecho a Heil Hitler !No quiero decir que la modernidad,
no sea jojo, lo que no impide que haya algo podrido en la anti-modernidad.
Evidentemente, siendo judío, ni siquiera, según los Cahiers noirs (Cuadernos
negros), de In-der-Welt-sein, puedo saber.
Tengo acceso a la prensa
alemana por Courrier International (Correo Internacional).Ahí se lee un
artículo del «journal intellectuel du libéralisme de gauche» (diario
intelectual del liberalismo de izquierda), la SZ, Süddeutsche Zeitung.
Christian Wernicke quisiera que Macron gobierne a la alemana «acordándole a la
Asamblea nacional un derecho de control mayor sobre el gobierno. Pero por otro
lado, si él se comporta como de Gaulle, el nuevo devendrá muy rápido un hombre
del pasado». En SZ, se sabe el sentido de la historia, y se sabe que la
felicidad de los franceses exige que se les instile una dosis de germanismo.
Buscaré una entrevista de Peter Sloterdijk que salió en Le Monde, en donde el
brillante filósofo dice lo mismo: Franceses, un esfuerzo más para ser Alemanes!
Miembro de la asociación
de los Amigos de ROBESPIERRE, recibo su boletín trimestral. Este trimestre, es
el n°100. El 24 y 25 de noviembre habrá un Coloquio internacional en Arras,
titulado « Revolución, Robespierre, República ». No podré estar, lo lamento, porque
debo dar la preferencia a las Jornadas de otra asociación de la cual soy
miembro también, l´ Ecole de la Cause freudienne.
La prensa de este lunes
a la mañana está invadida por el bla-bla sobre el triunfo macroniano en las
legislativas, sin embargo «empañado» – el adjetivo esta por todos lados – por
la abstención. La newsletter del Crif hace excepción, se indigna de la
focalización de las Naciones Unidas sobre los pecados de ISRAEL.
Marc Knobel escribe: «No
se puede esperar nada de los países más retrógrados del planeta, las peores
dictaduras, los países que se destacan por maltratar las minorías, esclavizar a
las mujeres, encarcelar a los homosexuales, amordazar la libertad de expresión,
amenazar y algunos de ellos masacrar a su propio pueblo. Sin embargo, ellos son
los que sistemáticamente van a la carga sólo contra Israel y este descaro da
naúseas. Con justeza Hillel Neuer, el director general de UN Watch, resume en
estos términos la situación: “El asalto desproporcionado de la O.N.U. contra el
Estado hebreo socava la credibilidad institucional de lo que es un órgano
internacional imparcial. La politización y la selectividad arruinan su misión
original, y corroen la promesa de la Carta de la O.N.U. concerniendo la
igualdad de tratamiento de todas las naciones, grandes y pequeñas”.»
Una asociación de ideas
me conduce a consultar The Electronic Intifada (La Intifada Electrónica). Ahí,
se indigna de las maniobras del lobby del Laborismo israelí para relanzar su
campaña anti-CORBYN. El blog describe además le hostigamiento del que se quejan
los estudiantes de la Irvine, aquella a la que Derrida ha legado una parte de
sus archivos, la parte de los soldados israelíes.
Palestine Briefing pone el
proyector sobre MARWAN BARGHOUTHI, la esperanza del movimiento palestino, preso
desde hace años en Israel: «Barghouthi cree que el gobierno Israelí está usando
la distracción de Trump, Syria y el conflicto Fatah-Hamas para comprometer en
una guerra de un solo lado (in a one-sided war) contra los prisioneros
Palestinos. A pesar de los intentos de disuadirlo, Barghouthi, que tiene 57
años, cree que él tiene la responsabilidad de resistir las medidas represivas
contra aquellos que no tienen protección. Cientos deprisioneros harán la huelga
de hambre junto a él.»
Da placer, porque no
decirlo, leer en la primera página del NYT de este lunes el siguiente título «CON U.S. RETIRADA, E.U. EN MARCHA».El artículo de alto tono, es de Sylvie
Kaufmann, directora editorial de le Monde y Escritor Contribuyente del diario
americano. «Nueva autoconfianza se está apoderando entre los Europeos
continentales, alimentada por la fe refrescada en sus electorados.» NB: el
autor no dice que la people (gente) retoman confianza en si-mismos, sino que
los Europeos retoman confianza en sus electorados, lo que parece implicar que
estos Europeos son los dirigentes de esta(gente) people. Se piensa en el dicho
famoso de Brecht: aquí, el partido está contento con el pueblo, inútil
cambiarlo.
Le Corriere della Sera está en la misma longitud de onda: «Nace la
Francia de los “debuttanti” (novatos)». En su correspondencia parisina, Stefano
Montefiori cita NKM: «No hay nada más noble que defender las ideas con
libertad». Querida NKM! Afilado análisis histórico de Sergio Romano sobre « EL
SINDROMA BONAPARTISTA» de los Franceses y su inclinación a hacer la revolución.
Cuenta cuatro: 1789, 1830, 1848, 1870; más: el affaire Dreyfus, la
manifestación antiparlamentaria del 6 febrero de 1934, el putsch de los
genérales durante la guerra de Algeria (del 21 abril de 1961 ; pero y que es
del 13 de mayo de 1958?), las barricadas de mayo del 68.
«Casi siempre, escribe
Romero, en estas circunstancias, el país atraído por la revolución de repente
tiene miedo y recurre a una persona que le ponga freno a sus pasiones y les
restituya aquellos placeres burgueses que, no menos importantes que el espíritu
revolucionario perteneces a su carácter.» La elección de Macron se explicaría
por el temor del vacío creado por la desaparición de algunos grandes partidos,
el terrorismo islamista, la crisis económica, el gran desorden del mundo y «la
incógnita representada por la derecha nacional-populista». En una Europa
siempre más interdependiente, la inversión de los Franceses en la persona de
Macron es «también necesariamente la nuestra».
En La República,
Bernardo Valli titula: «El monarca republicano». Pero se interroga también
sobre su cualidad de « presidente-filosofo », colaborador de la revista Esprit.
Cita una entrevista de Macronal NYT en 2004, donde éste explicaba que «para
sobrevivir al microcosmo político parisino se dedicó MACHIAVELLO».
Aunque se diga «
periódico global», El País da menos lugar que los diarios italianos a la
elección francesa. Editorial muy acordado, que se termina con un llamado a los
«socios de la UE»: «deben cerrar filas en torno al nuevo aliento europeísta de
Paris».
Libé: Joffrin analiza finamente la elección inicial (original ?) del
macronismo: «Para los macronistas aparece la tentación de derechizar su
política para neutralizar sus principales oponentes.» Han tomado «una opción
conservadora sobre los tres dossiers importantes que son el estado de urgencia,
la reforma del código del trabajo y la educación.» Resultado previsible: la
parte de la base política macroniana que viene de la izquierda se separará.
IZQUIERDA PRIMEROS CORNUDOS, en suma.
En L’Opinion, Eric Le
Boucher ubica la barra muy alto: él quiere para el mundo «PAX MACRONICA».
Escribe: «Se le hará una estatua de bronce no por haber “despejado” rápido sino
con tan poco mal a una clase política mediocre como una armada de mercenarios a
quienes no se les pagó, pero por haber restablecido en Europa y en el mundo el
orden de la razón de las Luces.» Es más fácil decirlo que hacerlo.
El «quotidien libéral»
no se siente más. La Humanidad, por el contrario, ve todo negro: «Triste
épilogo». Teniendo en cuenta la abstención, Macron debuta «bajo auspicios bien
tristes». El PCF se presenta en defensa de los «intereses populares» en
concierto con Mélenchon, que promete no ceder sin lucha «un metro del terreno
del derecho social». Ustedes han leído bien: no promete no ceder un metro de
terreno, sino, no cederlo sin lucha. Matiz. Por otro lado, La Huma reprocha a
Mélenchonsu «estrategia hegemónica».
Le Monde, solo bajo la
pluma de Françoise Fressoz, no da más que una descripción formal de la
Asamblea: los dos partidos de gobierno en ruina cada uno en su estilo y los dos
extremos delegando sus bocas tribunicias, Marine y Mélenchon. ¿Le Figaro lo
hace mejor? Sí y de lejos.
Primero, a diferencia
del Monde, donde los oficiales son mudos, el director de las redacciones,
Alexis Brézet, firma una editorial precisa y tónica. «El resultado es
asombroso. » Aquí no se juega a la profecía del pasado, estilo : « Macron,
había ganado de antemano», sino que se detalla la coyuntura« increíblemente
favorable » al presidente : « una gran parte de los medios está culturalmente
cercano a la mezcla de liberalismo económico y de progresismo social que él ha
profesado durante la campaña ; para los medios económicos, su elección es una
bendición ; el beneficia de un prejuicio favorable en la alta administración de
donde él mismo ha surgido ».
El análisis de la
abstención es el mejor que he leído: «la adhesión popular» falta; en su lugar,
«UN CONSENTIMIENTO TÁCITO, expresado bajo el modo “Démosle su oportunidad”»; la
Francia zemmouriana (esta expresión es mía) «se mantiene al margen del
entusiasmo de las “élites”» y «se ha retirado sobre su Aventin» (ah ! esta
referencia es entonces común a la redacción del Figaro). Un último« salvedad»:
«Porque las “cámaras desconocidas” terminan mal.»
M. Brézet es un pez
gordo, y su Figaro no tiene nada que ver con aquel, tan decrépito, que
gobernaba M. Mougeotte. El tiempo me falta para hacer un truco a todo lo que
merecería este número del lunes, la crónicade NicolasBaverez, el mejor heredero
de Raymond Aron, en la tribuna de Gilles-William Goldnadel, el abogado sionista
de choque. Y además uno se entera de que Pascal nació un 19 de junio!
Lo guardé
para el final La Croix. «Trompe-l’œil (ilusión óptica», tal es el título de la
editorial de Jean - Christophe Ploquin, que se termina por una firme invitación
al presidente a «cuidar en permanencia a la concertación (…) con los
representantes de las religiones…» Lostres puntitos son de M. Ploquin. Valen un
largo discurso. Es un «¡A BUEN ENTENDEDOR POCAS PALABRAS BASTAN!» que dirige
al jefe deEstado unajerarquíaeclesiástica que, por no haber estado en medida de
elegir entre Marine y Macron, no afirma menos su intención de contrariar los
avances sociales que se anuncian.
El informe del Comité de ética sobre el PMA y
el GPA está previsto para el martes en ocho dias. En el programa de las
próximas semanas: la Manif pour tous (la Manifestación para todos), el Gran
Retorno. A las armas, Sens commun (Sentido común) !
LA ILUSTRACIÓN
por Wikipédia
En abril de 1834, Honoré
Daumier creó una litografía. Se trata de la veinticuatroava y última plancha de
la Asociación Mensual. Esta litografía es una de las obras maestras de Daumier,
a menudo tomada por una de las primeras manifestaciones del realismo. Este
grabado esuna de las obras mayores de la historia de la estampa del siglo XIX.
Daumier demuestra a la vez la potencia de su estilo y sus convicciones
políticasdenunciando la represión policial. Los ocupantes del (barrio) 12, de
la calle Transnonain, cuya casa estaba situada al lado de una barricada, fueron
masacrados sin distinción porun tiro que había sido disparado de uno de los
pisos en dirección de un oficial: los soldados penetraron en la casa y mataron
a doce habitantes hirieron a muchos otros (hombres,ancianos, mujeres, niños).
Este grabado es la constatación de la muerte hecha por Daumier en el interior de
una habitación con la cama desecha, donde el hombre al caer de la cama aplasta
un bebé bajo su peso, mientras que se percibe en primer plano de manera
fragmentaria la cara de un hombre viejo, él también muerto.
En su explicación,
Charles Philipondeja libre curso a la indignación suscitada por « la carnicería
de la calle Transnonain », mientras que Daumier se mantiene en la« cosa vista»,
de suerte que la plancha no puede ser captada (pero Louis-Philippe hace buscar
y destruir los ejemplares disponibles en el mercado): «esta litografía es
horrible a ver, horrible como la acción espantosa que retrata».
Ante la
ausencia de polémica en la litografía de Daumier, simple connotación de la
verdad, la censura no puede hacer nada. La plancha entonces fue publicada y
expuesta en lo de Aubert, pasaje Véro-Dodat, donde tuvo un gran suceso. El
gobierno fue enseguida a incautar las pruebas y la piedra. « Para nada es una
caricatura, no es una carga, es una página sangrienta de nuestra historia
moderna », notaba Philipon en el comentario de la plancha. Baudelaire iba en el
mismo sentido algunos años más tarde: « No es precisamente la caricatura, es la
historia de la terrible y trivial realidad». De caricaturista, Daumier se elevó
al rango de pintor de historia en negro y blanco, y se adelantó a la corriente
realista en la pintura.
Traducción:
Marcela Errecondo
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