El psicoanálisis que
rebota
por Marie-Hélène Brousse
¡El final del
psicoanálisis! Es alegre, lleno de
promesas... de muerte. Pero, me dirán
ustedes, es serio, grave
y, además, dialéctico,
en resumen, no
es lo que
ustedes creen puesto
que «Sólo en el Final adviene el Otro inicio»
(1). Tan dialéctico que
resulta difícil saber si el final es el principio o el principio, el inicio del
final...
1 – Sí, la muerte es la
única promesa segura de la que un ser vivo puede fiarse. Lacan lo
observaba, subrayando el
alivio: no hay
comienzo de Otra
vida eterna, ni
Paraíso ni Infierno, ni siquiera
un pequeño Purgatorio. El tiempo es un
real.
2 –
Los seres humanos,
como todos los
seres vivos, mueren:
mueren también las especies, las instituciones, las
civilizaciones, los sistemas económicos y políticos, las lenguas e incluso las
estrellas y los planetas, la Tierra, por ejemplo. No se ve por qué el psicoanálisis escaparía a
ese real. Banalidad de la muerte. ¡Vaya cuestión! Yo soy de las que prefieren bailar en
un volcán. Soy
un ser vivo
y aún muy
ocupada en que
el psicoanálisis, en
este momento caótico que vivimos, también esté vivo. Lo que pasa en la AMP me gusta mucho por esta
razón. Se mueve y se debate. Nos
debatimos.
3 - El Final: en nuestra
comunidad de trabajo la expresión que se asocia a esta palabra y se impone es
Final de análisis y nos reenvía a la experiencia del pase. Muchos colegas impulsan nuestras
investigaciones con sus testimonios de AE (Analista de la Escuela). Es además
evocando este punto
como comienza el
texto. Yo no
considero al pase
un «finalcumplido», Jorge.
Al final, «yo»
paso y «yo»
reduzco la singularidad
de «mi» «subjetivo imperfecto» –
expresión inventada por
un analizante al
que admiro el hallazgo –
a unas palabras equívocas,
a unas erosiones
de goce fuera de
sentido. Pero, al
pasar al analista, sabemos demasiado
bien que esto
no constituye ninguna
palabra del final,
ningún final cumplido. No
hay palabra del
final para el
infatigable trabajador que
es el inconsciente.
Habría por
cierto que preguntarse
si tu pequeña
nota, Jorge, no
es una formación
del inconsciente. Debo decir que
el lado infatigable del inconsciente – que me hace pensar en Alien, del
que he corrido
a ver la
última entrega, Alien: Covenant –
es mucho menos reconfortante que su final.
4 – Pero, ¡Es un
contrasentido! No he comprendido nada.
La nota de Jorge Alemán no habla
en absoluto de
eso. Habla de
las instituciones psicoanalíticas que
permanecen intangibles y de
la marcha del
psicoanálisis que «ha
llegado a su
punto culminante». Si entiendo bien, una vez que ha culminado,
no puede, según él, sino caer. No podría
quedar entonces más que estudiar las diferentes «combinatorias de su final».
Pero, justamente, se trata de que
la Asociación Mundial
de Psicoanálisis se
mueva, que eso
se mueva en la
institución AMP. En
cuanto a la marcha del psicoanálisis,
no comparto ni la idea de que haya
culminado, ni esta
visión crepuscular, casi
wagneriana, diría yo, de asistir
al espectáculo de su fin («asistir a su final»). Mi satisfacción no va
en ese sentido. Ni Freud ni Lacan han manifestado esa tendencia funesta. Ellos han estado, hasta la interrupción de
sus voces, rebotando. El
«duro deseo de
durar» es lo
que caracteriza la
vida misma, en su
estupidez. El momento de concluir no es
un final, al estilo «se jodió todo». Es una escansión, una apertura, un corte
consecuente.
5 – Yo pienso más bien
en Lacan cuando dice, en El Triunfo de la religión, oponiéndolo a la religión,
que «El psicoanálisis no triunfará, sobrevivirá o no» (2). De paso, querido
Jorge, no es la
filosofía la que
es eterna, es
la religión. He
ahí una formulación
que me habla: «sobrevivirá o no». Todo está en ese «o», que abre a lo
impredecible, lo incalculable, como lo era la elección presidencial en Francia,
por lo tanto, a la iniciativa y al acto.
6 – Estoy dubitativa
acerca de la presencia de los incautos en Facebook (3). Me parece en efecto que
es el lugar ad hoc para ellos, allí se dice de todo y lo contrario:
ensordecedor, entre disparatado, estúpido y embaucador para todo excepto para
lo real. La absolutización del malentendido, el dar sentido a todo.
7 – Conclusión: el
final, «no es la muerte» salvo cuando es el final del deseo. Pero se
puede perfectamente
morir deseante.
Traducción: Angel
González Guardo-Revisión: Virginia Notenson
1: Alemán J., «El final
del psicoanálisis», Lacan Quotidien, n°
713, 3 de junio de 2017. Las citas fueron extraídas del texto original en
español y de su traducción en francés.
2: Lacan J., Le Triomphe
de la religion, Paris, Seuil, pag. 79.
3: Cf. Aleman J., «El
final del psicoanálisis», op. cit.
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