CRÓNICA DEL AÑO CERO (5)
por Jacques-Alain Miller
París, 20 de junio de
2017
LIBÉRATION: Joffrin está
en un buen período. Sigue de cerca la instalación del nuevo poder. Pasamos,
dice, del reino de la ENA [Escuela Nacional de Administración] al de la ESSEC
[Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciales], dominado por “el
espíritu gerencial”. Ve en el macronismo un avatar del saint-simonismo.
CHALLENGES: Pierre Cahuc
es el coautor del incendiario Le Négationnisme économique [El negacionismo
económico], que el año pasado dio que hablar por acribillar a los economistas
contestatarios, en ruptura con la dóxa cientificista de la corporación. Él
firma una robusta opinión intitulada: “Pourquoi la réforme du Code du travail
doit être radicale” [Por qué la reforma del Código Laboral debe ser radical].
Sí, ¿por qué? Porque “la investigación experimental en economía” y el ejemplo
alemán convergen en predicar a los franceses las virtudes del mismo remedio de
caballo, capaz de derrotar el desempleo mediante “la creación de nuevos
trabajos para los menos calificados”, i.e. “la explosión del número de empleos
precarios”. Poco importa, dice Cahuc, ya que los trabajos de Andrew Clarke y
Claudia Senik demuestran una correlación fuerte entre el descenso de la tasa de
desempleo y la satisfacción de las poblaciones expresada por medio de sondeos.
¿El remedio? “El descenso del costo de la mano de obra”, “la descentralización
de las negociaciones entre sindicatos y patronales en el nivel de las
empresas”. La única cuestión es saber si el caballo estará de acuerdo.
NEW YORK TIMES: la
elección de Trump decidió a un escritor y a un joven director teatral,
Macmillan e Icke, a montar en Broadway el 1984 de Orwell. Su adaptación se basa
en el apéndice del libro, “The Principles of Newspeak”, que explica cómo se
controla la realidad controlando el lenguaje. “You can’t trust the written
word”, resume Macmillan. El espectáculo comenzará el jueves. Por otro lado, una
redactora de The Nation de 29 años, Sarah Leonard, explica “Why young voters
love old socialists”, gente como Jeremy Corbyn y Bernie Sanders. Será el primer
artículo que guardaré en el dossier que abro: “Pensar a izquierda”.
L’HUMANITÉ titula su
portada “29 diputados de combate para oponerse a los proyectos Macron”. Son los
elegidos por el Partido Comunista y por Francia Insumisa, que tal vez logren
entenderse para formar un grupo en el seno de la Asamblea. Por lo demás, puede
leerse en ese número un bonito artículo, bien escrito, irrefutable, de Lola
Ruscio, “Les classes supérieures confisquent la représentation nationale” [Las
clases superiores confiscan la representación nacional]. Ella escribe: “Los
diputados no incluyen a ningún obrero”. Es verdad, la segregación de clase
llegó al colmo. Pero… resulta que entre los 29 combatientes comunistas y
mélenchonianos no hay ni un obrero. Que no los haya en la derecha, es lo
normal. Que no los haya entre los socialistas, no es sorpresa: hace tiempo,
ellos viraron hacia la derecha. Si hay sorpresa, es que no los haya entre los
cocos y los mémés. Es lo que deberías explicarnos en tu próximo artículo, Lola
Ruscio. ¿Por qué la izquierda radical resulta incapaz de asegurar la promoción
proletaria, a diferencia del Partido de la gran época, cuando era staliniano y
luego neostaliniano?
LA REPUBBLICA fue tras
Anthony Giddens, el inventor de la Tercera Vía. Trump es para él “a blessing in
disguise” (fórmula mía): “La Brexit e Trump potrebbero spingere l’Europa, sotto
la spinta di Macron e Merkel, a fare le riforme necessarie ad assumere un maggior
ruolo e maggiori responsabilità a livello globale. […] L’Europa potrebbe anzi
dovrebbe contare di più nel mondo, fare da contrappeso alla crescente influenza
della Cina”.
LE MONDE anuncia en
primera página que sobre las consecuencias de la “hegemonía” de E. Macron,
“debaten algunos intelectuales”. Voy, según se indica, a las páginas 22 a 24.
¿Por qué será que no tengo ganas de leer nada? ¿Se debe a las personas
elegidas? Es más bien la inepta titulación. Tres de esos títulos son ecos de
clichés: “La nueva traición de los intelectuales” (Julien Benda); “No se nace
diputado, se llega a serlo” (Lazare Carnot); “Un déspota ilustrado” (todo el
mundo). Bostezamos ante los otros dos, como cien veces leídos: “La 5ª República
sigue siendo profundamente sexista”; “Reparlamentarizar nuestra democracia”. Y,
para finalizar, el piadoso anhelo de Charles Fiterman: “La izquierda renacerá”.
Supongo que hay un público para leer eso. Sólo hablo por mí.
A fin de cuentas,
conocemos la orden de Beuve-Méry, antaño, a sus periodistas: “Fastidien”. En el
suplemento Debates, la cumplen. O tal vez el problema venga de más lejos: de lo
que, en Marianne, Julliard llama cruelmente el “coma mental” de la izquierda.
Dicho sea de paso, no lo reclutó como cronista Le Monde, sino Le Figaro.
LE FIGARO da la palabra,
a toda página, al cardenal Poupard, quien representará al papa en el séptimo
centenario del papado en Avignon. Es fantástico. Me encantó su narración
histórica y su estilo marcado por un espíritu de delicadeza que le permite, por
ejemplo, encontrar un modo de decir tal como éste: “Los lazos milenarios
tejidos entre el Vaticano y Francia a través de connivencias e incomprensiones
están marcados por una gran continuidad”. ¿Quién sabe hablar así hoy en día?
Traducción: Gerardo Arenas
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